martes, 10 de agosto de 2010

SEMANA DE LA MEMORIA, LA EDUCACIÓN Y LOS DERECHOS HUMANOS

La Rioja, 5 y 6 de Agosto de 2010.

PARTICIPACIÓN DE LA MESA REGIONAL DENTRO DEL MULTIPROYECTO NACIONAL SOBRE LA OBRA DE ANGELELLI Y LOS DERECHOS HUMANOS

Cómo participante de la mesa regional destinada al trabajo por una política educativa sobre la Memoria, la Educación y los Derechos Humanos, deseo resaltar que desde esta tierra riojana aportamos un fuerte componente para su re-construcción haciendo visible y revalorizando la figura moral del obispo Angelelli. La Rioja hace testimonio desde la obra del obispo que se hizo riojano. Lo hacemos desde la realidad misma y no desde el mito fundacional que a veces la misma historia la necesita para instalar héroes y próceres en el bronce. Con el ánimo de tejer una memoria social para los riojanos y para los argentinos invito a tomar un posicionamiento con respecto a la figura de Angelelli, modelo paradigmático en el ejercicio de la cultura en los DD. HH. Puso la voz donde estaba instalado el miedo, habilitó la importancia del cuerpo para hacer la presencia, a otorgar identidad y autoestima a los excluidos, hasta encontrarse con el martirio. Todo en una sociedad acostumbrada a una ortodoxia racional y calculadora, amante de la opulencia, con un discurso lleno de eufemismos diplomáticos según lo rescatado por el historiador Eric Hobsmawn en el discurso de la ONU en esa época.

Trabajando por la Pedagogía de la Memoria y sus núcleos de problemas para reflejarnos en espejo en este presente, observo que ese pasado, no fue bien mirado por todos y aún todavía existen reservorios que potencian algunos colectivos sociales con esa tendencia. Pero pensando que la memoria es un camino de construcción y hay que caminarlo resalto que su obra es armónica —digo es y no fue— porque su figura se muestra transparente, al construir un ethos, (palabra muy técnica pero importante en el valor de las palabras, ethos es el resultado ensamblado de la moral con la ética). Por ello decimos que la conducta cálida de hombre social y hombre de la Iglesia convocaba sin dificultades a la moral con el hacer, con la práctica cotidiana; consonaba el discurso de la arenga de sacerdocio con su poesía intimista, sencilla y descriptiva, desde un corazón sensible y descubridor del otro vulnerable y excluido, la otredad diríamos hoy en la actual pedagogía. Reconociéndose también en su debilidad humana, hombre de carne y hueso, su ética lo dirigía para cumplir con la pastoral de la época, con la urgencia de derribar las asimetrías entre los países desarrollados y los expoliados en el sub-desarrollado latinoamericano desde esta “Rioja Querendona” como el decía, entre la urgencia de encontrar una salida dentro del progreso de los pueblos, aún a sabiendas que le sería difícil convencer a la hegemonía del poder incipiente de un capitalismo aliado a la economías multinacionales que sólo crea esclavitudes. Angelelli visionaba ese destino, por eso camino la tierra adentro y fue el obispo de los pobres.

Ese modelo paradigmático está basado en la razón dialogizante, lejos de la Razón Instrumental, en el encuentro horizontal que se refleja como espejo cuando existe la aceptación por el otro. En el poema “La Rioja Querendona” se describía y anticipaba lo que vendría…la oscuridad del Terrorismo de Estado.

¿Por qué no quieren que diga lo que siento…
(La libertad de expresión vulnerándose)
Es que es una mentira hablar del silencio….
(Anticipaba el miedo y el terror)
No escuchan el grito de los de tierra adentro?
Estaba anticipando la presencia de los derechos de igualdad)

Hay un autor francés Ranciere que dice: “Ver lo que debe verse, saber pensar de eso que se ve y qué hacer con eso”. ¿Qué debemos ver en éste hombre riojano? Su estatura moral y ética que denunciaba la violación, el olvido, el cercenamiento de los derechos humanos. La mayoría de los profesionales que nos acompañaron ayer dijeron que los derechos son muchos. En verdad, lo son. Hay doctrinas que los fundan a medida que van apareciendo como conquistas históricas, viéndolos en la línea del tiempo. Si seguimos en ella diremos que los hay de primera generación, los personalísimos como son los de la vida, a un nombre, a una identidad personal, a los de poder decir lo que se piensa. Los que siguen son los de segunda generación, haciendo referencia a las desigualdades económicas, sociales y culturales (hay muchas fotografía en la galería que los testimonian) los de tercera generación como don los derechos-deber fundados en los ecológicos, cuando la teología de la Liberación abogaba por naciones mas igualitarias, lejos de una pocas opulentas que vivían sus años dorados por el crecimiento industrial, tirando a los países pobres la basura y despojándolos de sus riquezas, por ende esas materias no fueron ni son bien pagadas. Los de cuarta generación o intergeneracionales cuando él decía:

“Queremos un futuro distinto del que estamos viviendo, queremos cambiar las armas por instrumentos de trabajo para que a nadie les falte el pan, queremos cambiar el odio por el amor fraterno, la mentira por la verdad”.

Los de quinta generación como son los del terrorismo político, donde pusieron el cuerpo junto a otros sacerdotes de la iglesia riojana al ser víctimas por pensar y actuar distinto.

En la estatura moral del Angelelli se concentra la esencialidad de todos los Derechos Humanos, volviendo a hacerse históricos a partir del beneficio de la memoria, fundacionales a partir de ejercer una cultura por el respeto y presencia de los DDHH, y no solamente repetirlos porque están presentes desde 1948 cuando se escribió la Declaración Universal en París, después de la segunda guerra mundial.

La segunda parte de la frase dice: Saber pensar de eso que se ve. Pienso que Angelelli es una guía legítima para la ontología o la historia enseñante de nuestras escuelas, donde muchas de ellas son la presencia de la institucionalidad de una república, de una nación, y de la construcción de la democracia. La democracia se asienta en un Estado de Derecho, con preeminencia de la cultura del respeto de la ley, ley como acción orientadora y no como letra muerta. Confío en los hombres y las mujeres haciendo del acto de enseñanza sustentado en la paz y en la justicia, porque somos flexibles, por que nos reconstruimos permanentemente revisando los sentidos de nuestras vidas junto a nuestros alumnos y porque daremos el verdadero plus valor a la transmisión de la obra de este hombre de la riojanidad.

¿Y qué hacemos con eso que se ve?”. Pensar, debatir, poner en juego nuestras creencias, nuestras visiones y habilitarnos como sujetos formadores de ciudadanía.

• ¿Qué debemos mirar o focalizar en nuestra cultura que contribuyó a la invisibilidad como obispo comprometido por los DD.HH?

• ¿Por qué la figura de Angelelli estuvo opacada?

• ¿Qué modelo de eticidad nos dejó para la sociedad?

• ¿Nos hace falta pensar en otra naturaleza humana a partir del testimonio de la gran figura riojana?