jueves, 20 de octubre de 2011

CONFERENCIA: EDUCACIÓN…ENCUENTRO Y MENSAJE SOBRE LA MEMORIA LUGAR: PASEO CULTURAL: Dr. PEDRO IGNACIO DE CASTRO BARROS. JUEVES 29 DE SETIEMBRE

Voy a referirme a un término que los docentes o formadores de docentes lo necesitamos para los temas difíciles, complejos de abordarlos, de transmitirlos sin dañar las subjetividades de seres todavía no maduros, no emancipados. Hablo de LA PARRHESÍA, tal como la estudió Michel Foucault, práctica de la Antigüedad, ejercicio de decir la verdad “sin esconderla con nada”, bajo el riesgo del rechazo o la ira del interlocutor. "Se trata de una verdad que dibuja una estética de existencia, que anuncia a hombres el coraje que necesitan y los riesgos que afrontan en su decir veraz”.

Y la verdad que yo creo interesante plantearles que nos aproximemos a la parrhesía con un tema candente en este hoy: la violencia que considero que estuvo tanto en el Terrorismo de Estado (disfrazado de botas, NN, autoritarismo y horror) y que ahora la tenemos maquillada con otras manifestaciones como la niñez desatendida, en los jóvenes con adicciones peligrosas o mujeres golpeadas o feminicidio, por ejemplo.

Entonces vale preguntarnos en este escenario de contexto de estudio y siguiendo el concepto de PARRHESÍA (práctica de decir o descubrir la verdad) si somos violentos a pesar del avance de la civilización occidental. O en mejor caso descubrir si SIEMPRE FUIMOS VIOLENTOS. O CUÁNDO NACIMOS INSTITUCIONALMENTE VIOLENTOS. O EN QUÉ PERÍODO HISTÓRICO LO PODEMOS SEÑALAR COMO QUE INICIÓ LA GOBERNABILIDAD CON EL USO DE LA VIOLENCIA. Son reflexiones que nos permitirá conocer en que noción política estamos, si habilitamos en la PRÁCTICA PEDAGÓGICA la problematización de la democracia, si cuestionamos la formación de ciudadanos que tenemos y la que debemos lograr con relación a la esfera de la ética personal y la constitución del sujeto moral.

Tenemos para decir que debemos distinguir que hubo una norma social que andamio el ejercicio de la violencia, que hubo una impronta, EL PAHOS AUTORITARIO en la sociedad, que muy bien lo planteó Oslak en la formación del Estado. Y él dijo que antes de su conformación debe haber una sociedad, en esa lógica el Estado soy yo, es decir la suma de todos los pactos entre los individuos que deseamos que no garanticen la paz, el orden, la justicia. En este presente el democrático, lo tenemos por la instrumentación de la representatividad para alcanzar el bien común entre otras cosas. Creo que debemos revisemos nuestra vocación contractualista de conformar ese pacto entre todos a partir de lo legal y del Estado de Derecho en el ámbito jurídico.

La aparición de las muestras feroces del “pathos autoritario” es el que se instala encubiertamente en los individuos torpes o en las sociedades inmaduras, intolerantes a aceptar las diferencias convivientes. Son ciegos a la diversidad de pensamiento que no pueden racionalizar que la humanidad es un perteneciente de todos. El pathos autoritario es propio del actuar primitivo cuya esencia se permea en un “PROTO HOMBRE” que conoce solo “LEY DEL GARROTE” o en el “JEFE HACIENDO DERECHO" y creyó que haciendo su uso se lograrían actos efectivos, de una manera rápida y frente a esa lógica perversa se engolosinaron en el más falso de los éxitos.

En esos marcos de miramiento hacia ese pasado el “OTRO”, fue el enemigo marxista, calificado como un no semejante, desvalorizado y cristalizado en miradas descalificantes y a su vez desde el otro lado, el enemigo fue el representante de ese orden donde era imposible lograr las utopías y hacerlas cumplir.

En cualquiera de los dos frentes el miramiento fue "el otro" que no alcanzó el mérito para que llegue a justificar una existencia digna y aceptable para la convivencia. Dentro de los parámetros ideológicos de la época, ese otro era el enemigo NO HABILITADO COMO HOMO SAPIENS, por el contrario tuvo un estado de precariedad, considerado como un OBJETO INSERVIBLE Y PELIGROSO.

Fue un DESEQUILIBRIO DARWINISTA, basado en la superioridad, y por ello con la acreditación del uso de la violencia del más fuerte hacia el más débil. Desde ambos lados todos estuvieron etiquetaron como molestos y desarticuladores de la sociedad. El enemigo fue calificado como un objeto eliminable. Fue una humanidad radicalizada donde la verdad con su discurso fundante no crece, puesto que sus escenarios tuvieron escasas presencias de ética y moral social o política.

“PUDIMOS HABERNOS FORMARNOS PERFECTAMENTE DENTRO DE UNA MATRIZ DE PODER DE POLÍTICA DE IMPOSICIÓN VIOLENTA PERO ELLO NO SIGNIFICA QUE NECESITEMOS RECONSTITUIR ESA MATRIZ DE UNA MANERA LEAL O AUTOMÁTICA A LO LARGO DE NUESTRAS VIDAS” nos dice Judih Butler. No hace falta ser ingenuos o mirar para otro lado para ubicar (nos) siendo parte constitutiva de esa época histórica. Como los derechos intergeneracionales, nuestros antepasados directos o en segunda generación formamos esa época.

Siguiendo el espíritu de este Encuentro y tratando de encontrar un mensaje superador a un futuro que nos corresponde ser responsable es que apunto al artículo 5 de nuestra Ley de Educación Provincial. N 8678 que dice. Lo que nos toca de hoy mirando ese pasado y pensando en el futuro es el quehacer ciudadano para poder ubicar las instancias y los instantes de formación del poder autoritario, como también la anarquía normativa que actualmente vivimos en algunos casos.

Es tarea de los adultos hacer los quiebres de ese modelo autoritario e inflexible. Y no confundir autoritarismo con Autoridad. La Autoridad se lleva bien con la democracia y con los ciudadanos por que aceptan el Estado de Derecho, Acepta los modos tolerantes, confiable en la permeabilidad de la razón instrumental y amante de la dialogizante, que respeta al disenso, el pensar diferente y al otro diferente. Autoritarismo y democracia no son parientes y ni pueden hacer alianzas, salvo las conocidas en la historia universal.

Considero que no se puede ser indiferente ante el dolor registrado en esos años de violencia, como los de ahora tampoco. Abogo entonces por instalar calidad ciudadana, aprender a ver, hablar y actuar, tanto referido a ese pasado reciente como a la continuidad social deseable que nos merecemos. ¿Pueden algunos quedar fuera de este problema? Podemos los docentes, las instituciones, lo formal y lo informal, quedarse afuera? Nadie puede estarlo. Si en aquella época no se ejercieron los derechos por las vidas dignas de reconocimiento y por ende “no lloradas”, hoy tampoco es moral y virtuoso sostener el silencio, la indiferencia. La pasividad de ese tiempo histórico nos obliga a mutar con actividades de ciudadanía responsable y comprometida. Si ese pasado fue revestido con otras normas, con otras ideas y con otros imaginarios, nuestro presente se constituye como la gran posibilidad para construir otros marcos reglados, con otro “nosotros responsable de la vida”, con condiciones sociales y valorativas para sostenerla. Ese pasado fue una realidad, que se abrió a nuestros pies, la miramos pasar pero no la convertimos en problema, por eso por mucho tiempo no la cuestionamos.

Certeramente Julio Cortázar dijo refiriéndose a esa traza histórica cuando acercaba más luces que sombras. Él dijo: “ME GOLPEÓ LA ÉPOCA Y NOS ARRASTRARON EN LOS CONFLICTOS DEL SIGLO”. Su condición de intelectual desencantado avizoró la desconfianza ante una Argentina híbrida y golpeada, con la que se vivió de punta, entre ausencias de fe y nostalgias, como de pasiones antagónicas y rebeldes. Hoy tenemos la oportunidad de no repetir modelos violentos aunque estén disfrazados con cualquier maquillaje. Nosotros tenemos en nuestras palabras y gestos encontrar ese mensaje que el hombre Enrique Angelelli lo corporizó desde su rol y función.

PONENCIA SOBRE LOS DERECHOS POLÍTICOS DE LA MUJER. SIMONE DE BEAUVOIR

Su mensaje fue claro: “Hagan como yo. No tengan miedo. Salgan a conquistar el mundo: es de ustedes” Es sin duda una de las mujeres más importante del siglo pasado. Sin embargo, su figura careció de la dulzaína corpórea que años más tarde la psicología le endilgaría a las mujeres que los buenos modales son parte de la feminidad. Muchos comentaron su particular estilo de vestuario, sin charme sin glamour, ella fue adusta, hosca, le gustaba usar un turbante copetudo que le daba un aspecto de sultán, con una personalidad implacable para mirar lo grande y lo terrible y coherente para decir con su vida y cuerpo lo que iba pensando y diciendo. Lindaba con una sinceridad sin atenuantes, exigente con sus amigos y amores a quiénes azuzaba con rigor crítico. Todo esto le restaba para la etiqueta del “no ser tan femenina” o del superfluo decir de las comadres que la rotularon como la “institutriz con zapatos de taco chato”.

Hace 103 años nació Simone y observamos que su figura hace más notable la paradoja y la victoria en esta mujer vanguardista. Nunca quiso tener hijos, y sin embargo es la madre espiritual y simbólica de millones de hijas en el mundo y del feminismo en particular. Su libro EL SEGUNDO SEXO (1949) es dentro de sus obras el ensayo más agudo sobre la opresión de las mujeres. Se convirtió en un libro talismán, el libro rojo del feminismo, desató una revolución moral con respecto a la mujer en la sociedad y patrocinó un poder libertario que todavía ejerce sobre millones de lectoras. Sus novelas y memorias tuvieron impacto y reconocimiento similares. “MEMORIAS DE UNA JOVEN FORMAL”, “LA PLENITUD DE LA VIDA”, “LA FUERZA DE LAS COSAS Y FINAL DE CUENTAS”.

Escribió sobre sexo como ninguna mujer lo hacía, sobre el aborto, sobre la violencia, sobre política y guerras de liberación del medio oriente y el de sus propias experiencias con un nivel de exposición apabullante. Junto a su pareja el escritor Jean Paul Sartre se convirtió en una de las más célebres y emblemáticas del siglo: desde que se conocieron, en 1929, nunca se casaron, se dedicaron el uno al otro de manera absoluta, se permitieron involucrarse sexual y emocionalmente con terceros, siempre y cuando compartieran los detalles. Simone quería y sostenía con su pluma, de la misma manera que con su gesto corporal de género “una nueva sinceridad” el “otro modo de vida”. De alguna manera lo fue con su manera de vivir en pareja y en sus vertientes dramáticas, sino en la forma de ser una pareja abierta como lo sería ahora al consumismo libertario de tipo americano, sino como una de las manifestaciones del existencialismo de cada conciencia que logra su libertad a partir de una perpetua superación del sí mismo hacia otras libertades. El amor y la amistad no podrían realizarse sin conflictos, ya que no se trataba de una política de la felicidad sino de una exploración de la libertad. Este libro no haría mujeres con relaciones celosas, envidiosas o despectivas, sacándose los ojos entre ellas. EL SEGUNDO SEXO daría la buena noticia de que ser mujer no es esencia ni un destino y que la opresión tiene un status contingente. Libro prohibido en Japón (maternidad por femineidad) y en URSS hasta la llegada de Gorvachov. En la misma Francia tuvo sus detractores. (Aumentar la tasa de natalidad).

• Su pensamiento tuvo la ausencia del sujeto cartesiano. Simone no se alineó a ello: “Pienso, luego existo”, sino pasó a algo contradictorio a ese poder racional y positivista. UNO NO NACE MUJER, SINO SE HACE”, dándole relevancia al efecto de la cultura, y todo lo que ella hace a través de las instituciones, la familia, la escuela, la sociedad, el contexto, la generación.

• Rechazó la influencia sobre la mujer facilitadora del consumismo: Dijo: “Como se trata de una sociedad de consumo, se condiciona a la mujer para que sea una consumidora. Y la consumidora ideal sería una mujer instruida, que se habría preparada para estudiar, para trabajar, para tener una carrera, y que luego se encontró encerrada en la cocina. Y entonces se la persuade de que se puede ser una mujer creadora haciendo una torta y lavando la ropa, y se la condiciona para que compre más y más cosas”.

• Con referencia a la política dijo: “Si la mujer está despolitizada, despolitiza al hombre. Eso es importante, porque siempre la emancipación de la mujer ha estado unida a la emancipación social. Cuando en Estados Unidos hubo un gran movimiento contra la segregación racial, en el siglo XIX, hubo al mismo tiempo.

• Luchó por la emancipación radical y decía que ello es posible mediante la igualdad con los hombres. Y ello es posible sólo con el trabajo, es decir el reconocido, el blanqueado. De allí su frase en clave: La igualdad y la emancipación comienza en el monedero. Estaba lejos del concepto de diferencia.
Invito a festejar su implacabilidad y su coherencia. Vivir en sus términos, reflexionarlos, inventarse en sus términos, reflexionarlo, discutirlos en sociedad, asumir responsabilidades, hacer de cada palabra un acto y de cada acto una palabra.

Lugar: Solar Vera Vallejos. La Rioja. Argentina. 18 de Setiembre de 2011.
Fuente: Revista N. Suplemento especial a los 100 años de su nacimiento.