lunes, 10 de diciembre de 2007

¿ES UNA CUESTIÓN DE FONDO O ES EL MAQUILLAJE DE LA COYUNTURA?

Si una sola mujer entra en la política, cambia la mujer.
Si son varias las mujeres cambia la política. (Colombo)

Las mujeres riojanas que luchan desde las dificultades y discriminaciones reales para ocupar el espacio público de la política y fundamentalmente los ámbitos decidores de la gestión y gobernabilidad, actualmente cooptado por hombres (léase ministerios, secretarías); y que es la expresión del inconciente “fálico” reverberado en nuestra provincia, podrían, digo, sentir una especie de aire nuevo al observar que una mujer la Sra. Cristina Fernández de Kirchner es presidenta de la Nación.

Las mujeres podríamos empezar de hoy en más a realimentar “el ego feminista” y tejer las tramas y alianzas corporativas para sacar del lado oculto, negado e invisible, los asuntos que no se dan o no crecen por los innumerables “techos de cristal” que tiene nuestro trabajo en los distintos ámbitos de la agenda del Estado.

También podría pensarse que es un “acontecimiento que revierte la deuda histórica” que tiene la humanidad con respecto a la mujer, y lo que se hace en esta coyuntura no es más que un acto con sentido de justicia. Andaríamos en la misma onda y en sintonía con la impronta de que este nuevo siglo es el siglo de la mujer.

Podría ponerse en el discurso y en tablero de la actual política la figura de una mujer que resuelva la inequidad social y subdesarrollo por que sobre la corporeidad femenina se proyecta el mito, - ese hálito sagrado- que se monta sobre la ternura, la sensibilidad, las habilidades para cuidar y domesticar. De esa manera se resolverían mágicamente las asimetrías entre los que menos tienen con los que están afiliados a un determinado y vivido bienestar

Quedarnos en estos presupuestos interpretativos es habilitar un pensamiento simplificado y reduccionista, porque elegir al candidato/a a la presidencia de la nación no pasa por la cuestión de género ni por la oportunidad feminista de ocupar tal función, sino por los mecanismos legales que el mismo sistema plantea para la hacer el accountability es decir la representación responsable. Aquí está la cuestión de fondo ¿Qué dispositivo se usó para montar la representación al ciudadano/a? ¿Quién y qué actores la eligieron entre varios para la fórmula electiva? Y por ende ¿donde se asienta el significado de la responsabilidad? Lo legal no está. Entonces ¿por que costado se sustentará lo legítimo? Es decir ese gustito de consensos, que amalgama seguridad y garantía y que se levanta fundamentalmente sobre valores y principios ¿Sobre que verdad? ¿Sobre qué principios?

Las mujeres que vivimos y analizamos a la política como un hecho que cruza a todos los sujetos sociales decimos que tenemos la oportunidad de construir una nueva política, pero haciéndolas con otras prácticas y otras representaciones, porque sino es la política de hombres con perfume de mujer.

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